He aquí un poema perdido
lo encontré vagando
en harapos
y con hambre.
Estaba oculto
en una caja de zapatos.
No dijo nada de si mismo
excepto un gesto
con una visible rebelión ortográfica.
¿Por qué no me cambias,
a un lugar más acogedor?
Eso y otras tantas cosas me dijo
mientras sacaba los zapatos de la caja.
Decidí tomar un buen vino en su honor
para hacerlo hablar,
o que por último me diga
como llegó a confinarse de ese modo.
El poema es celoso de su misterio
y con cara de solemne metáfora
decidió el silencio.
Y mientras yo duermo,
el se come una por una
las aceitunas que tenía guardadas
en mi imaginación.
2 comentarios:
El poema perdido,
comprensible y sentido,
a la espera de un buen vino,
en honor de su olvido.
Gracias a la inquietud
de aquella búsquedad imprecisa,
el poema perdido
reaparece de su olvido.
Mary
Gracias Mary
He visto un poema perdido
que vuelto a ser escuchado
salió a cantar con el vino.
¡Salud, por ti y los tuyos!
Publicar un comentario