Garra de fuego
que alardea iluminar
en el ojo del topo.
Un cocodrilo ebrio
ensayando asanas en la espuma
y sin embargo, llueve.
La garra humea
buscando una manzana
y el helicóptero sube
por la escalera.
Nadie que yo sepa
estaba preparado,
pero la hormiga escupe azufre
y la declaran líder.
Las cosas cambian
y eso no depende
de la cordura del cocodrilo.
Ha cesado la lluvia
y todo regresa
a la fiesta del gusano.
¿Quién asegura el recuerdo
en las imágenes del topo?
No. La garra está agotada
y se deshace en arpegios semánticos
cuando toca una guitarra de lana.
¿Acaso el cocodrilo?
Tampoco.
Es un candidato imaginario
que prefiere interrogar mosquitos
y reconoce que no tiene objetividad
frente a las imágenes del subsuelo.
En el último peldaño
de una escalera de humo
el helicóptero perdió su hélice
y su destino quedó extraviado
en el mapa de Google.
Señores, no hay de qué preocuparse
La hormiga líder encontró la solución
y ya la está aplicando
sin necesidad de recurrir
a la Inteligencia Artificial.
E.D.A
viernes, febrero 28, 2025
NADIE LO VIO VENIR
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